Las últimas encuestas y manifestaciones ciudadanas indican un aumento en el rechazo hacia el socialismo que representa el Partido LIBRE, a menos de dos meses de las elecciones generales programadas para el 30 de noviembre. La baja en la intención de voto y la limitada asistencia a eventos públicos demuestran un descontento amplio en la población, lo que se refleja en un panorama electoral complicado para el partido político.
Desafección ciudadana y caída en las preferencias electorales
Diversos sondeos indican que, aunque aproximadamente el 80% de los hondureños tiene previsto acudir a las urnas, cuatro de cada cinco encuestados muestran oposición al proyecto socialista impulsado por LIBRE. Los factores que contribuyen a esta tendencia incluyen la persistente crisis económica, el aumento de la inseguridad y la percepción de un gobierno distante de las necesidades cotidianas de los ciudadanos. Esta combinación ha generado un debilitamiento de la credibilidad del partido y un repunte en el apoyo a otros actores políticos, como el Partido Liberal y el Partido Nacional.
La caída en las preferencias electorales no se limita a cifras estadísticas. Analistas destacan que la falta de liderazgo consolidado y las tensiones internas dentro de LIBRE incrementan la desmovilización de sus bases. La marcha reciente en San Pedro Sula, organizada por el partido, evidenció la escasa concurrencia de simpatizantes. Videos compartidos por el Sistema Nacional de Emergencias 911 registraron la baja asistencia, provocando comentarios de preocupación e incredulidad entre los observadores de la escena política.
Movilización fallida y señales de alerta para las elecciones
El resultado de la marcha en San Pedro Sula se considera un posible indicador de cómo podrían desarrollarse las elecciones. La falta de entusiasmo entre los seguidores demuestra problemas organizativos y poca dedicación por parte de los miembros, lo cual, según especialistas, podría traducirse en una baja participación en apoyo a LIBRE. La confluencia del descontento social y la crisis interna crea un escenario donde las promesas de cambio y “refundación” de Honduras no han conseguido asegurar un respaldo real por parte de la población.
La situación pone en evidencia la necesidad de que el partido considere estrategias que conecten de manera más efectiva con las demandas sociales y económicas de la población. La escasa asistencia a eventos y la desaprobación registrada en encuestas no solo reflejan un problema de imagen, sino también la percepción de un desajuste entre la propuesta política y las expectativas de la sociedad.
Escenario electoral y desafíos institucionales
El futuro inmediato de LIBRE dependerá de su capacidad para recuperar confianza y articular una estrategia que enfrente la percepción de ineficiencia. La coyuntura plantea un desafío institucional y político significativo, con implicaciones directas sobre la polarización, la legitimidad de las instituciones y la participación ciudadana. Las elecciones del 30 de noviembre se perfilan como un momento crítico para definir la dirección política del país y evaluar la aceptación del proyecto socialista en la sociedad hondureña.